
...a tener un encuentro sexual en este momento, en esta noche.
Una premisa sexual
y que demuestra la madurez personal es: “haz lo que quieras, pero siempre desde
el deseo previo”.
Cuando mantenemos relaciones sexuales por
consideración, por el deseo de complacer o amor malentendido, por miedo a
perder la pareja, porque consideramos que necesita “el favor”, etc… estamos
cayendo en una trampa no poco peligrosa…
1- No estamos siendo honestos con nosotros mismos… Cada vez que tomamos
este tipo de decisión (y no necesariamente en el ámbito sexual sino en
cualesquiera de los contextos) estamos creando una muralla a nuestras propias
necesidades, pensamientos… Entonces si hemos creado esta "pequeña o grande
muralla" (según las veces que la hayamos ido fundando) cada vez más nos costará
derribarla. Es como hacer un paso para atrás y luego nos costará más volver al “estado
inicial”. Tendremos que hacer uso de las buenas habilidades de comunicación
(asertivas, etc.).
2- Con suerte podremos salvar alguna parte de la cualidad de la relación, pero…
¿Y nuestro deseo? Nuestro deseo se verá perjudicado porque el deseo se alimenta
del deseo, no se alimenta “de los No pero que el final son Sí”. Asociar el sexo
con el deber en vez de relacionarlo con el placer
puede llevarnos a inhibirlo, a encerrarlo allí en una cajita guardado. Lo mismo
me refiero a las diferentes prácticas sexuales. Incluso anecdóticamente sucede
que un miembro de la pareja hace tal práctica porque cree que al otro le gusta,
pero resulta que el otro en el fondo no le gusta… sino que lo aceptaba porque
creía que él se lo pasaba bien y que lo deseaba. (¡Hace gracia sí...! Pero pasa).
3- Para mí lo que da valor y credibilidad al Sí es que de vez en cuando
exista el No. Porque el único indicio para que un comportamiento sea voluntario estriba en el hecho que podamos decir No en situaciones
similares en las cuales en otro momento hemos
dicho Sí.
Mi último apunte es
que si queréis ser considerados, tener un detalle con la pareja no lo hagáis en
clave sexual (si no os entusiasma la idea claro sino sí), sino afectiva. En el amor las atenciones son importantes y siempre
benefician el sexo, pero no tengáis atenciones
sexuales si realmente no las deseáis porque éstas nunca beneficiaran el
amor. (Aquí ampliaré el tema en otro post acerca de las relaciones abiertas).
Y en el caso de un
lío de meses o de unas noches lo mismo… tenéis la opción de “fabricar un falso
castillo” y que se derrumbe a la mínima que uno de los dos abra la caja de
pandora… es decir, que uno de ellos destape lo acallado… o construir una
historia más cercana a vuestra satisfacción personal (¡aunque sea por vuestra
libido, por vuestro deseo…!).
No hay nada más poderoso que las ganas de comerte
al otr@ siendo tú mismo emocional y sexualmente.
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