viernes, 27 de mayo de 2016

Orgasmeando...



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿Qué bonito suena este verbo verdad? La Real Academia Española debería darle vida propia… ¡Qué menos…! Es genial.
Hoy hablaré un poco acerca del orgasmo femenino (otro día hablaré del masculino). Pero primeramente quiero hacer hincapié en el concepto de satisfacción sexual.
 
La satisfacción sexual no se define en tener un orgasmo (o más de uno) ni en parámetros como la duración, etc., sino que es una apreciación global positiva de la relación sexual (ya sea ésta de unos días o de larga duración) resultado de múltiples aspectos.
Aclarado esto… Me pongo manos a la obra en el orgasmo femenino. De hecho, la segunda disfunción sexual más frecuente en la mujer es la anorgasmia (la incapacidad para llegar al orgasmo). La primera es el deseo hipoactivo. En el hombre es la disfunción eréctil y en segundo lugar la eyaculación precoz.
 
1-      Para estimular a tu pareja femenina… Tócale todo, sí todo... Menos la zona genital. Todo su cuerpo es un gran receptor de estímulos. Son muy sensitivas al oído, al olfato, al tacto, etc. Considero que no es difícil seguir esta regla. La zona genital si no tiene un mínimo de excitación y lubricación no gusta Nada que se ponga la directa allí. Otra cuestión es que ella haya fantaseado antes y ya esté más preparada, pero esta Regla (para mí de oro) es fundamental.
Después de acariciar el monte de Venus, los labios mayores, menores… vamos al protagonista del Clítoris. Su única función es la de proporcionar placer sexual. Fabuloso eh.
 
2-      La vagina. Independientemente del dilema: orgasmo clitoriano versus orgasmo vaginal. La cuestión es que las mujeres cuando se masturban o en terapia sexual cuando se explica el entrenamiento masturbatorio en la anorgasmia siempre se enfatiza la estimulación del clítoris. La estimulación de la vagina es un plus. Las paredes vaginales por si no lo sabíais no tienen muchas terminaciones nerviosas. Por ejemplo, una pregunta para las mujeres: ¿Cuándo lleváis un tampón notáis cuando está lleno y por lo tanto cuándo toca cambiarlo? ¿Notáis su textura? Si es fino, rugoso… ¿Verdad que no? Es un nivel de sensibilidad diferente. Vale sí… Hay el Punto G, pero a la vez el punto G cuando se presiona también se está estimulando el clítoris por su parte interna.
 
Por eso, cuando una mujer quiere llegar al clímax con la penetración de su pareja se le recomienda la maniobra del puente o apuntalamiento: estimularse el clítoris durante el coito. Crear un “puente” entre su estimulación y los intensos movimientos de empuje de su pareja y así “orgasmear”.
 
No quiero restar importancia a la penetración. Las sensaciones vaginales evidentemente expanden el orgasmo (es como la penetración anal, que también potencia la respuesta orgásmica). Y aparte de esto está clarísimo que la sensación vaginal cumple una misión esencial desde la perspectiva del placer ya que, a nivel psicológico, la sensación de mezcla y fusión con el otro cuerpo genera afectivamente una suma de sensaciones más que exquisitas.
 
Ahora a disfrutar jiji
 
Amy E

sábado, 14 de mayo de 2016

Me gustas tú



¡En este tercer post me he animado a expresar un poco más de mi…!
 ¿Por qué nos atrae aquella situación en particular o aquella persona o el morbo de estar con un desconocido o alguien del mismo género sin sentir tiempo atrás aquella curiosidad?
Porque el sexo es, en gran medida, una Respuesta Aprendida ¿Qué significa esto? Significa que, como en muchos otros aspectos de la vida, a menudo Sentimos lo que Esperamos Sentir.
Concretamente en el campo sexual cuando hacéis el amor con vuestra pareja u os estimuláis, tus sentidos corporales envían la información recibida a vuestro cerebro, pero a la vez éste está dando a vuestro cuerpo un feedback sobre lo que deberíais sentir (a causa de todas las experiencias anteriores). De manera que pensamiento y acción se van retroalimentando para cubrir vuestras necesidades y expectativas.
Pero… ¿Las sabéis identificar y, por tanto, cubrir…?
En mi caso particular… Como la mayoría sabéis… He nacido con la capacidad de amar por igual un hombre o una mujer.
1-      Un hombre no me da lo mismo que una mujer y viceversa. Respecto a la atracción física me encantan los dos. Un hombre con su cuerpo robusto, sus brazos fornidos, su fuerza… excelente tentación. Una mujer con su piel tan fina, sus labios tiernos, sus curvas que me dejan impávida… Imposible no querer hacerle el amor… Verla encima mío, contemplar sus senos (da igual forma, tamaño…), acariciarle un poco más abajo de la mitad de la espalda (donde el hombre/mujer pone sus manos para rodearla), etc. Esta parte por si no lo sabíais es altamente sensible.
 
2-      Otra particularidad mía es que… me arriesgo a decir que una de las cosas que más disfruto en el sexo es el “pre y el post” del coito. El “pre” porque es todo el juego de excitación previa, el experimentar sensaciones escalofriantes al sentir el roce con la piel del otr@, el besar incansablemente y apasionadamente (a veces me quedaría aquí unas cuantas horas…).
Sobre el “post”… Shht un secreto… Cuando una mujer termina de hacer el coito no tiene porqué sentirse agotada (aquí hay una diferencia fisiológica respecto al hombre). El hombre después del orgasmo libera la tensión sexual y entra en un periodo llamado refractario (intervalo temporal desde el orgasmo hasta que vuelve a sentir excitación) y entonces éste le induce a necesitar descanso. En el caso de la mujer no hay este periodo de manera que, aunque haya quedado satisfecha, no es nada extraño que quiera alargar las caricias y el afecto. En mi caso… es cuando incluso disfruto más de las caricias (más que en los momentos “pre-coitales”) porque todas las fibras nerviosas de mi piel están hipersensibles, los sentidos los tengo agudizados... Pero esto no se traduce en una nueva demanda (querer volver a hacer el amor o practicar sexo oral, etc.) sino simplemente que jugaría más toda la noche…
 
¡Bien, hasta aquí por hoy…! Como futura sexóloga clínica pienso que es primordial saber identificar qué nos gusta y qué no, las diferencias entre hombre/mujer, las peculiaridades de cada tipo de relación, etc.
 
Amy E

sábado, 7 de mayo de 2016

Cuando tu pareja te dice que No a…











...a tener un encuentro sexual en este momento, en esta noche.


Una premisa sexual y que demuestra la madurez personal es: “haz lo que quieras, pero siempre desde el deseo previo”.

 Cuando mantenemos relaciones sexuales por consideración, por el deseo de complacer o amor malentendido, por miedo a perder la pareja, porque consideramos que necesita “el favor”, etc… estamos cayendo en una trampa no poco peligrosa…

1-      No estamos siendo honestos con nosotros mismos… Cada vez que tomamos este tipo de decisión (y no necesariamente en el ámbito sexual sino en cualesquiera de los contextos) estamos creando una muralla a nuestras propias necesidades, pensamientos… Entonces si hemos creado esta "pequeña o grande muralla" (según las veces que la hayamos ido fundando) cada vez más nos costará derribarla. Es como hacer un paso para atrás y luego nos costará más volver al “estado inicial”. Tendremos que hacer uso de las buenas habilidades de comunicación (asertivas, etc.).

2-      Con suerte podremos salvar alguna parte de la cualidad de la relación, pero… ¿Y nuestro deseo? Nuestro deseo se verá perjudicado porque el deseo se alimenta del deseo, no se alimenta “de los No pero que el final son Sí”. Asociar el sexo con el deber en vez de relacionarlo con el placer puede llevarnos a inhibirlo, a encerrarlo allí en una cajita guardado. Lo mismo me refiero a las diferentes prácticas sexuales. Incluso anecdóticamente sucede que un miembro de la pareja hace tal práctica porque cree que al otro le gusta, pero resulta que el otro en el fondo no le gusta… sino que lo aceptaba porque creía que él se lo pasaba bien y que lo deseaba. (¡Hace gracia sí...! Pero pasa).

3-      Para mí lo que da valor y credibilidad al Sí es que de vez en cuando exista el No. Porque el único indicio para que un comportamiento sea voluntario estriba en el hecho que podamos decir No en situaciones similares en las cuales en otro momento hemos dicho Sí.


Mi último apunte es que si queréis ser considerados, tener un detalle con la pareja no lo hagáis en clave sexual (si no os entusiasma la idea claro sino sí), sino afectiva. En el amor las atenciones son importantes y siempre benefician el sexo, pero no tengáis atenciones sexuales si realmente no las deseáis porque éstas nunca beneficiaran el amor. (Aquí ampliaré el tema en otro post acerca de las relaciones abiertas).

Y en el caso de un lío de meses o de unas noches lo mismo… tenéis la opción de “fabricar un falso castillo” y que se derrumbe a la mínima que uno de los dos abra la caja de pandora… es decir, que uno de ellos destape lo acallado… o construir una historia más cercana a vuestra satisfacción personal (¡aunque sea por vuestra libido, por vuestro deseo…!).
No hay nada más poderoso que las ganas de comerte al otr@ siendo tú mismo emocional y sexualmente.

 
Amy E